..NECESIDAD AJENA..

Necesito un abrazo , 

el tuyo , 

para apaciguar así mi aturdimiento , 

ante la impotencia , 
 que provoca mi nostalgia , 

no quisiera admitirlo , 

pero lo admito , 
tengo necesidad de ti , 

y no lo sabes ...

Necesito compañía , 

 la tuya , 

 tu cuerpo tumbado a mi lado , 

comentando , 

los sucesos de nuestro día , 
entre complicidad y sonrisas ,

en el descanso del hogar ...

Necesito hablarte , 

para compartir contigo , 

lo que me aflige , 

para sentirme a resguardo , 

para afrontar y enfrentar , 

para luchar y seguir , 

para emprender y compartir ...

Quiero besarte y que me beses , 

sentir el calor que nos abriga , 

los rubores del rostro , 

entre la tímidez y el deseo , 
nuestro acto consumado , 

ante el orgasmo aclamado ...

¡Tengo!
esa necesidad ajena de tenerte ,
ajena , porque es solo la mía , 
sería mucho pretender , 
que fuera también la tuya ,

aunque en tus escuetas palabras , 

leo entre líneas esa necesidad ,

que no reclamas ..

Cuánta necesidad ajena , 
de tu presencia , 
de tus afectos , de tu amistad , 
de tus desvelos , 
de tu sexo , de tu lealtad , 

de entregarte lo mismo ,  
que necesidad ajena la mía , 
precisar de ti , 
ahora y siempre , 
sin preámbulos de por medio ..

 ..NDM.

            

..MEDITACIÓN..

Observó la mar, 
aquí, ahora, 
en el mediterráneo, 
sus aguas erizan la piel, 
 al ser frías por naturaleza, 
con su color azul verdoso, 
 más oscuro, 
todo tiene que ver, 
con la puesta del sol, 
los puntos cardinales, 
la lejanía. 

Sin embargo, 
su cántico es el mismo, 
también sus olas y brumas, 
sus misterios y tempestades, 
sus motivos, 
lo voluble de sus mareas 
y los recuerdos que llegan.. 

 Meditando, 
me percató, 
que el mar se impone, 
alejando de mi, 
 el pasado dormitando en la memoria, 
también los desengaños 
y los tantos placeres, 
que llenaron momentos de mi vida. 

Del otro lado del mediterráneo, 
no olvido el mar caribe 
y su blanca arena, 
ni te olvido a ti, 
tu presencia, 
quedó marcada en los recuerdos, 
en su misma postura, 
 sin envejecer, 
sin olvidarse, 

Meditando, escuchando, 
 el murmullo que hacen las olas, 
al llegar a la orilla, 
pensando sin pudor en nosotros, 

acariciándonos, acoplandonos,  
 en las tibias aguas del caribe, 
con la luna de por medio,

 observando, iluminando,  
dejando en la memoria, 
la esencia de lo que jamás se olvida. 

Totalmente abstraída, 
puedo ver la imagen de antaño, 
de dos que se aman, 
es solo un espejismo, 
un pensamiento, 
una grata meditación, 
de esas pequeñas alegrías, 
de esos sucesos únicos, 
que han pasado en mi vida, 
así medito, 

con la mirada al descuido, 
hasta donde el océano permite..

.NDM.