Detuve,
detuve el tiempo en mi memoria,
te dejé allí,
con tu rostro joven
y corazón sensible,
mientras los años corrían.
Desubique mi lógica,
con el reloj que marca los días
y la distancia que olvida,
dejando una llama encendida,
cuando debí apagarla.
Te detuve,
en el infinito del subconsciente,
mirándote a la altura de tus ojos,
tocando en el aire tu figura,
esculpiendo en pincel imaginario,
el amor que no olvide
y pensé recordarías.
Quede,
detuve el tiempo en mi memoria,
te dejé allí,
con tu rostro joven
y corazón sensible,
mientras los años corrían.
Desubique mi lógica,
con el reloj que marca los días
y la distancia que olvida,
dejando una llama encendida,
cuando debí apagarla.
Te detuve,
en el infinito del subconsciente,
mirándote a la altura de tus ojos,
tocando en el aire tu figura,
esculpiendo en pincel imaginario,
el amor que no olvide
y pensé recordarías.
Quede,
estacionada allí,
envuelta,
envuelta,
entre los besos que suspiro,
en el confort,
en el confort,
de los abrazos que protegen,
en los orgasmos,
en los orgasmos,
que complacen y fascinan,
en el amor que no agobia,
y nos da vida,
en parte de tu alma,
que sentí mía.
Inspirada,
en la paz que la mar
y el viento fresco me transmiten,
pase por alto,
que el viento cambia su rumbo
y la mar sus corrientes marinas,
mientras el horizonte,
que en su inmensidad se avista,
nos causa espejismo,
de lo que guarda,
nuestro sensato juicio.
en el amor que no agobia,
y nos da vida,
en parte de tu alma,
que sentí mía.
Inspirada,
en la paz que la mar
y el viento fresco me transmiten,
pase por alto,
que el viento cambia su rumbo
y la mar sus corrientes marinas,
mientras el horizonte,
que en su inmensidad se avista,
nos causa espejismo,
de lo que guarda,
nuestro sensato juicio.
.NDM.