La tristeza,
esa tristeza,
que no sabes porqué,
pero tiene tantos por cuántos
y entonces,
sollozas varios minutos,
mientras te preguntas?,
y ahora,
¿por qué las lágrimas?,
te cuestionas,
lo que ya sabes,
la melancolía no se anuncia,
solo aparece.
Ese pensamiento flagrante nuestro,
que de pronto nos sumerje,
en sus conexiones neuronales
adentrándonos,
en recuerdos poco gratos
y actos sin disculpas,
entonces, te entristece,
no es lo que quieres,
y pasas el borrador a tu mente.
Cuánta tristeza tienes,
de esas pérdidas,
que canalizas en apariencia,
con el paso de los años,
esa falta de tu amor,
que se fue para no volver,
simplemente no pudo ser,
pues la vida,
no funciona como quieres,
sino como viene.
Ese dolor,
que parece no angustiarte,
esa melancolía que te irrita
y la enfrentas,
que te hace reír con ironía,
de los que dicen que te aman;
mientras olvidan,
cada uno,
de tus incontables rezos.
Esa tristeza que nos aqueja,
a sabiendas,
que nos fatiga, envejece
y enferma
pero no evitamos.
La tristeza,
hermana de la alegría,
que juntas andan,
equilibrando todos tus días,
así como la natura lo hace,
con la lluvia y la sequía.
..NDM.