Amanece
y llueve a cántaros,
la mañana luce,
como intercambio,
entre el día y la noche,
ver caer la lluvia,
es un lujo,
en tiempos donde la tierra,
demora en santificarse,
con la bendecidas aguas,
que las inmensas nubes,
le brindan.
Un día de esos,
que causa nostalgia o sosiego,
o ambos a la vez,
un día de tantos,
en los que pienso en ti,
en los que me gustaría,
estar tumbada contigo,
acurrucada a ti,
escuchando,
el canto de la lluvia,
Rememoro,
los esporádicos encuentros,
luego de tomar,
rumbos diferentes,
un hilo fino hilvana,
nuestra conexión interrumpida,
haciéndonos,
confesar entre líneas,
sentimientos reservados.
No se como interpretar,
cuando me dices,
¡te quiero siempre!,
y te respondo confusa,
de igual manera.
Aunque sé,
de la manera que te quiero,
mi razón no me aclara,
lo que aún todavía sientes,
quizás el corazón me confunde..
Cae la lluvia a cántaros,
formando pequeños ríos,
recorriendo las calles,
se lo que tu corazón añora
y la desilusión que te acompaña,
sin tener detalles,
lo sé,
porque mi congoja,
se asemeja a la tuya,
aunque nos falten las confesiones.
La lluvia danza
y canta a su antojo,
sobre la tierra, es divina,
placentera, pacífica,
su presencia inspira,
letras que no se si leerás,
ya te he dicho,
estoy aquí para ti,
en la versión de mí,
que tú conoces,
como nadie.
como nadie.
Tratemos,
de ser como la lluvia,
libre, fuerte, clara,
sin importar,
su encierro en las nubes,
la tierra ama la lluvia,
le deja paso para que recorra,
ríos, lagos, mares,
liberando al cielo de oscuridad.
La lluvia ama a la tierra,
cierra sus grietas hostiles,
le entrega,
la fertilidad de la vida
y se unen,
ante la perversidad humana,
que las debilita,
son el poder de la creación,
de la natura fascinante,
invencible, incalculable.
La lluvia continúa cayendo,
desahogando,
sus lágrimas dulces sobre la tierra,
nosotros,
somos nubes cerradas,
que desbordan,
el agua de sus ojos en silencio,
nuestra epidermis,
la tierra que soporta todo,
nuestra alma,
la natura que guarda y se desborda.
Arrecia la lluvia,
en una mañana que no aclara,
te extraño, te pienso
y te deseo,
sin tratar de evadir,
esas ganas,
que me provoca la lluvia.
NDM.
